Cómo ayudar a tu hijo a aprender más y mejor, en tres sencillos pasos

Si tienes un hijo o hija de entre ocho y once años y quieres optimizar su aprendizaje, he aquí tres cosas que puedes hacer:

  • Asegúrate de que realiza actividad física al menos una hora al día
  • Limita el tiempo de ocio que pasa frente a una pantalla a dos horas al día
  • Procura que duerma entre 9 y 11 horas cada noche.

Los niños necesitan estar físicamente activos para conectar con el mundo que les rodea. Los niños en edad escolar, hasta que llegan a la adolescencia, se encuentran en un estado cognitivo que se conoce como del pensamiento concreto. Esto significa que aprenden experimentando las cosas a través de los sentidos: la vista, el tacto, el gusto, el oíd y el olfato. Usando la información que obtienen de la experiencia aprenden a comprender qué ocurre a su alrededor. La actividad física, realizada al menos durante una hora al día, ayuda a los niños a desarrollar la capacidad espacial, el sentido del movimiento, la energía y la fuerza. Además, les ayuda a aprender cosas sobre ellos mismos: sus capacidades, sus límites, su fuerza, su resistencia y sus debilidades. Es más, la actividad física les proporciona tiempo y espacio para liberar energía, gestionar la frustración y desconectar de los objetivos académicos. Por último, realizar actividad física a diario les ayudará a desarrollar músculos y huesos fuertes y, a la vez, a mantener un peso saludable.

Por otra parte, limitar el tiempo de ocio que pasan delante de una pantalla es fundamental como apoyo al aprendizaje. Entendemos por tiempo de ocio frente a una pantalla como aquel que se dedica a interaccionar con dispositivos electrónicos y que no guarda relación con las tareas escolares, como sí sería, por ejemplo, buscar información en internet para escribir un trabajo para el colegio. Por el contrario, jugar con videojuegos, ver vídeos en YouTube, entrar y participar en redes sociales o usar apps son ejemplos de tiempo de ocio frente a una pantalla. Los niños que pasan más de dos horas diarias centrados en este tipo de ocio online tienen un desarrollo cognitivo menor. La razón aún no está totalmente clara para los expertos, pero podría estar relacionada con que la actividad online sea o no educativa, con el nivel de concentración que requiera o dependiendo de si permite o no la multitarea. Dentro del entorno online, las actividades no educativas y pasivas, que no requieren esfuerzo por parte del niño, parecen ser más perjudiciales que aquellas actividades con un componente creatividad o dinamismo, como la creación de música o la edición de vídeos.   

Finalmente, hace falta una cantidad suficiente de horas de sueño para favorecer el aprendizaje y el crecimiento. En los últimos años se ha observado que los niños cada vez duermen menos. A menudo achacamos esto al ajetreo de la vida moderna y a que los niños pasan muchas horas ocupados con diferentes actividades. Sin embargo, el factor decisivo para que los niños duerman más o menos, estriba en si los padres les obligan a ir a la cama o no. Calcular cuántas horas de sueño necesita nuestro hijo y conseguir que se vaya a la cama a la hora adecuada es el único modo de estar seguros de que duerme lo suficiente. Además, es mejor quitar todas las pantallas del dormitorio y que los niños dejen de utilizarlas al menos una hora y media antes de ir a acostarse. La luz azul que emiten las pantallas estimula el cerebro y puede interferir con el momento en el que los niños concilian el sueño. Es más, si los niños están entretenidos con lo que están viendo, será aún más difícil que apaguen el aparato y que se relajen lo suficiente como para quedarse dormidos. Por tanto, cambiar a actividades tranquilas y sin pantallas con antelación suficiente ayudará a los niños a bajar la marcha e ir preparándose para irse a dormir a una hora adecuada.

En conjunto, estas son tres maneras fáciles, baratas y adecuadas al entorno familiar para ayudar a tu hijo a que aproveche plenamente cada día y, así, optimice sus capacidades y su aprendizaje. Y, lo que es más importante, le estarás enseñando hábitos saludables para su vida. No tengas miedo de guiar a tus hijos hacia rutinas que son beneficiosas para ellos. Ellos no pueden saber lo que está bien y lo que está mal, pero tú sí. Así pues, toma la iniciativa y enséñales.

Fuentes:

Pyper, E., Harrington, D., & Manson, H. (2017). Do parents’ support behaviors predict whether or not their children get sufficient sleep? A cross-sectional study [¿Predicen los comportamientos de apoyo de los padres si sus hijos duermen lo suficiente? Un estudio multidisciplinar] BMC Public Health 17. doi: 10.1186s/12889-017-4334-4.

Walsh, J., Barnes, J., Cameron, J., Goldfield, G., Chaput, J., Gunnell, K., Ledoux, A., Zemek, R. & Tremblay, M. (2018). Associations between 24 hour movement behaviours and global cognition in US children: A cross-sectional observational study [Asociaciones entre comportamientos de movimiento durante 24 horas y cognición global en niños estadounidenses: un estudio observacional multidisciplinar]. Lancet Child & Adolescent Health 2(11). pp. 783-791.

Copyright

© 2019 Deanna M. Mason. Proactive Parenting.

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Sobre la Instructora
Paternidad Proactiva
Dra. Deanna Marie Mason PhD
Mas de 20 años de experiencia clínica ayudando a familias: Licenciada en Enfermería, Máster en Práctica Avanzada de Enfermería: Pedriatric Nurse Practitioner y Doctorado (PhD) en enfermería. Profesora universitaria, especialista en educación del paciente, investigadora pediátrica, colaboración con publicaciones científicas internacionales de primer nivel, actividad filantrópica continuada relacionada con la promoción de la salud y el bienestar, esposa y madre de dos hijos.

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