Los peligros del «sexting» para los adolescentes: cómo actuar

diciembre 5, 2017 Aparición en medios

Te contamos los riesgos que supone el sexting para los adolescentes y el papel de los padres para prevenir o tratar estas situaciones.

Durante los últimos años, los adolescentes se han acostumbrado cada vez más a enviar y recibir mensajes de contenido sexual explícito por Internet. Esta práctica se conoce como sexting. Mientras que muchos jóvenes no comprenden los riesgos asociados a esta práctica, otros se sienten presionados por su círculo de amistades. Incluso algunos grupos lo hacen por el simple hecho de sentir la emoción.

sexting

Hoy en día los adolescentes viven entre el mundo real y el virtual. La posibilidad de acceder a Internet desde ordenadores, teléfonos y tablets les permite estar conectados constantemente, sin embargo, muchos padres se han quedado desfasados y no conocen la cantidad de información disponible y la facilidad que tienen sus hijos de acceder a ella ni cómo ha cambiado la forma en la que los adolescentes se relacionan gracias a las redes sociales.

Cuando los rasgos de carácter propios de los adolescentes como impulsividad, sentimiento de ser invencible o falta de experiencia vital se combinan con un entorno como Internet, donde la información es infinita y el control prácticamente nulo, se pueden encontrar en situaciones de riesgo. Hoy en día, gracias a la tecnología, cualquiera que está conectado a Internet tiene acceso a cualquier persona que esté en la red. Además, debido al anonimato que proporciona Internet, muchos “depredadores” se ocultan tras identidades falsas para acceder a sus víctimasLos padres deben saber que Internet no es un sitio seguro. Incluso si se usan los sistemas de control parental que ofrecen algunos ordenadores y dispositivos para tratar de limitar el acceso a determinados contenidos, los riesgos siguen existiendo.

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La mayoría (66%) de los adolescentes que envían mensajes con contenido sexual explícito lo hacen porque su pareja o amigos se lo piden. Esto nos hace pensar en la presión que sienten, especialmente las chicas. Además, los adolescentes afirman que hacen este tipo de envíos para aumentar su popularidad, como una forma de ligar, para llamar la atención o por presión social.

Mientras que para los padres es difícil entender por qué sus hijos se ponen en riesgo de esta manera, los adolescentes no consideran que esta práctica no entraña riesgo. Es más, el 65% considera que el sexting es simplemente una manera de captar la atención de alguien.

Según algunos estudios recientes, los adolescentes y los jóvenes que envían mensajes y fotos con contenido sexual también los suelen recibir, además, tienen más probabilidades de mantener relaciones sexuales y de consumir drogas y alcohol. Todos estos comportamientos están relacionados y son susceptibles de crear situaciones de riesgo. Si envían fotos o vídeos desnudos, es más probable que los quieran recibir también. Si están manteniendo relaciones sexuales con alguien del instituto es más probable que acaben enviando fotos sin ropa o posando para ellas. Finalmente, el abuso de drogas o alcohol propicia la toma de decisiones sin tener en cuenta las consecuencias.

Además, la mayoría de los adolescentes (79%) no consideran que enviar fotos de contenido sexual explícito pueda suponer un problema. De hecho, cuando aparecen problemas es normalmente con otros chicos, no con adultos. Esto pasa porque por un lado hay muchos jóvenes haciendo lo mismo y por otro no son conscientes de las consecuencias que puede tener en el futuro.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos con respecto al «sexting»?

  1. Hablar con los adolescentes y jóvenes para que resistan la presión. Los padres deben hablar con ellos sobre qué hacer cuando se sientan presionados, de esta manera podrán aprender cómo manejar la situación y qué respuesta dar ante la influencia de su entorno.
  2. Crear un espacio de confianza en el que los jóvenes y adolescentes puedan hablar de su sexualidad y del uso de drogas y alcohol. Crear un entorno en el que los jóvenes se sientan a salvo para tratar estos temas sentará las bases para conocer de primera mano los posibles riesgos a los que se está enfrentado.
  3. Insistir en lo fácil que es compartir fotos o vídeos. Hablar con ellos sobre los riesgos puede ayudarles a tomar mejores decisiones. Es importante que entiendan que una vez que la foto o el vídeo se ha enviado, pierden control sobre esa imagen y se exponen a una visión publica que deberían evitar.
  4. Animarles a que apoyen a otros adolescentes que puedan estar siendo presionados. Los adolescentes se pueden ayudar entre ellos a soportar la presión. El primer paso en el proceso es normalmente cuando se recibe la solicitud de enviar fotos desnudo. Si se ayudan entre ellos, es posible que la presión baje.

Un aspecto muy importante es que los padres no sobre-reaccionen. Como primera medida, si el caso no es muy grave, podría bastar con contactar con los padres de la otra parte y explicarles la situación para que se frene la coacción. Sin embargo, si la situación se convierte en algo realmente peligroso, lo mejor es acudir a la policía.

Como medida preventiva los padres deben siempre supervisar los teléfonos y ordenadores de sus hijos para saber en qué tipo de páginas se meten, sin embargo, siempre es mejor enseñar a los niños desde pequeños que todo lo que publican en redes sociales y los mensajes que envían son públicos y para siempre. En resumen, para evitar problemas, los adolescentes y jóvenes tienen que conocer los riesgos y las consecuencias de sus actos.

Artículo elaborado en colaboración con la Doctora Deanna Marie Mason, experta en paternidad proactiva y apoyo profesional para la familia moderna.


FUENTE: Los peligros del «sexting» para los adolescentes: cómo actuar | Enfemenino.com

 

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Sobre la Instructora
Paternidad Proactiva
Dra. Deanna Marie Mason PhD
Mas de 20 años de experiencia clínica ayudando a familias: Licenciada en Enfermería, Máster en Práctica Avanzada de Enfermería: Pedriatric Nurse Practitioner y Doctorado (PhD) en enfermería. Profesora universitaria, especialista en educación del paciente, investigadora pediátrica, colaboración con publicaciones científicas internacionales de primer nivel, actividad filantrópica continuada relacionada con la promoción de la salud y el bienestar, esposa y madre de dos hijos.